viernes, 23 de noviembre de 2012

pisa me, come me

 

He visto ratas del tamaño de gatos pequeños corriendo por la calles de Milán. Aquí, todo es posible.
 Los telefonillos, aquí llamados citofanos, no están indicados por el piso y la letra; cada uno tiene un número diferente, inexplicable, impredecible. Tienes que preguntarlo por anticipado.

 El tomate frito aquí no existe, o lo hay solo en sitios específicos, como la masa de pizza congelada. 
Zara, Inditex, es mucho más caro que en España, aunque el concepto parece ser diferente; aquí se ve como algo más chic, más elegante, más italiano. 
También caras son las verduras, y la carne, y el pescado,y, sin embargo, el mejor mercadillo de ropa usada lo he visto aquí, en Milán, y a precios de risa. 

El último pase para entrar en los museos es a las 17 h, y las comidas, son como una hora antes que en España. 
Es como en Francia, todo antes. La ciudad se despierta más temprano, y también más temprano se acuesta. 

Es...
(ya sabes)
...diferente.


jueves, 15 de noviembre de 2012

Teflón


Hay veces en que, por momentos, solo por pequeños momentos,dejo de creer.

Dejo de creer en el respeto, cuando países y países se van al traste, y unos pocos viven de lo de todos los demás. 

Dejo de creer en la libertad; decisiones libre, pero opciones escasas y pésimas, y victorias que se consiguen a golpes. 

Dejo de creer en el amor, cuando los besos se ruedan desde todos los planos, y la música irreal hace que te estremezcas de lo bonito que parece todo.

 Dejo de creer en la humanidad, que se pisa a sí misma para alcanzar puestos más altos, y deja heridas abiertas que se desangran sin un remedio posible. 

Pero luego me doy cuenta de que, en el fondo, todo puede siempre estar peor, y pienso que nada es tan malo; meses o semanas, poco importa el tiempo cuando hay turbación en el ambiente. No hay escape, pero, ¿quién se lo ha buscado? ¿Nosotros, ellos? 

Hay veces en que, realmente, me siento artificial, o quizás será lo que me rodea, como si la naturalidad se hubiese perdido con la esperanza. 
Tan artificial como la pintura verde y los lunares. Tan artificial como el teflón.

miércoles, 31 de octubre de 2012

pequeñas

 TUVE QUE CONTENERME LA MANDÍBULA.

Tuve que contenérmela para no estallar,
tenia ganas de bailar, y de saltar en la cama,
y de lanzarle una almohada,
y de que me la devolviese, 
y hasta de que me diese ganas de devolvérsela...

Tenía ganas de eso y de más,
de mucho más,
pero los otros no, 
la ciudad entera se negaba;

esta vez no, 
él, sobre todo él, 
decía que NO.






luz


Era como una de sus múltiples siestas:
breve, pero profunda;

Su carita es pequeña, con bigotes de tigre, y una nariz respingona y húmeda.

Le encanta dormir, y el calor de mi hermana cuando ella también duerme.
Me gusta verlas a las dos acurrucadas, abrazadas, sonrientes.

Bebe con la patita el agua de su cuenco, 
es una gata dulce, le gustan los mimos,
-y también que la mimen-.

Un día se hizo pis en una planta,
pero no pudimos enfadarnos con ella. 
También echó "gomitos" en la mesa del salón, en un lugar recóndito, 
oculto por revistas;
 lo descubrimos un poco tarde, pero eso ya es otra historia.

jueves, 25 de octubre de 2012

Las miraba mientras bailaban


Un amor irracional le recorría el cuerpo; 
él era pura poesía, sí que lo era.

Cuando sacaba su cámara,
todo fluía más, mejor;
se volvía tierno, duro, amable, todo a la vez,
curiosa mezcla de pasión y locura.

Las miraba mientras bailaban a las tantas de la mañana,
en pisos destartalados, caóticos, era la guerra, 
todo estaba gestándose todavía.
Les pegaban y se revelaban, escapaban, y así una y otra vez,
su transgresión les movía, 
su libertad les llamaba, 
era mayo del 68, 
y todo esto ocurría en Francia.

Les Amants Réguliers", de Philippe Garrel.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El año de la confusión




Tomboy. 

Si, eso es, Tomboy, y punto;
nada de Johnboy y su estrafalario club, al menos por esta vez.

Un film francés, que, como era de esperar, mima mucho la puesta en escena. Y la iluminación, sobre todo, la iluminación:la fotografia es total, y el ambiente, y cómo se adapta a las condiciones a la hora de filmar, de contar. 
 Desde el baile de ballet, que con ímpetu, interpreta el pequeño ente de rizos, aún sin responsabilidades, pero ya con las ideas claras acerca de lo verdadero y lo falso, hasta el partido en la pista, y la trepidante huida hacia el bosque para evitar una anágnorisis- de la que, a partir de aquí, empieza a temerse una horrible reacción por parte de ella, la amiga-.

La escena de la cama es de las mejores, y de las más bonitas.
Sin decir nada, se dicen de todo. 
Ojos dulces y miradas risueñas, y la sábana, y sus rizos, y su atrevimiento. Osado...

La película trata sobre un tema difícil en una edad de inmadurez. 
Es dificil dar más pistas si no quiero desvelar nada, y no quiero; 
me gusta ver películas sin tener ni idea de que van, así, para quién opine lo mismo, prefiero obviarlo, y así le resulte más especial y conmovedor.

Me gustó mucho, realmente, sí, una muy bonita película que hace una estupenda  captura de la explosiva espontaneidad infantil. 

Os encantarán los actores.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Ingmártires



Saraband, la última película de Ingmar Bergman. 

Ayer la ví, y me pareció cruel, despiadada, pero, sobre todo, realista.

Por eso, aunque a veces me sature que pronostique las escenas, me gusta ver cine con mi madre, porque, como buena artista de teatro, le encanta reflexionar sobre lo que subyace dentro de cada personaje, entender su ira, su amor, su locura, y todas esas cosas que a mí se me pasan.
Como ese momento en que el viejo, entre paredes atiborradas de libros, de cultura, ridiculiza a la sangre de su sangre; la cara de más odio que había visto en mucho tiempo, aún tiemblo.

Una incongruencia; lo es que ese tipo con una mente dichosa, no tenga corazón. O al menos eso pensamos nosotras.

Anna. La más importante de la historia. Está muerta, y con ella, parte del resto de los personajes.
Henrik. Corine. Dos violonchelos, una pasión filial irracional, un desenfreno que les enloquece, una dependencia absoluta, total.
Ella no lleva sujetador, él se desvive por ella. Ella quiere irse, aunque teme la reacción de él.
Y razón no le falta, pues termina de volverse loco cuando ella está camino de Munich.
 Desgracias, desgracias, y más desgracias.

Y luego está Marianne, y el viejo, pero con lago en vez de mar.
Temor y amor. Discordia y ardor. Y un cuerpo arrugado desnudo, que se mete en la cama.
Él le dice que hace mucho que no hace manitas, ella se tortura esperando que pase un minuto más antes del reencuentro.
Pero, sobre todo, una redención: su lágrima, su de `él´.

Una declaración a cámara, y hasta dos,y tres.
Las cosa más curiosa de la película, en cuanto a realización, aunque creo que Bergman ya lo había hecho antes, en `La pasión de Anna; lo recuerdo porque nos pusieron una escena en clase como ejemplo de `aparte´.