Un amor irracional le recorría el cuerpo;
él era pura poesía, sí que lo era.
Cuando sacaba su cámara,
todo fluía más, mejor;
se volvía tierno, duro, amable, todo a la vez,
curiosa mezcla de pasión y locura.
Las miraba mientras bailaban a las tantas de la mañana,
en pisos destartalados, caóticos, era la guerra,
todo estaba gestándose todavía.
Les pegaban y se revelaban, escapaban, y así una y otra vez,
su transgresión les movía,
su libertad les llamaba,
era mayo del 68,
y todo esto ocurría en Francia.
Les Amants Réguliers", de Philippe Garrel.
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